Ante las evidencias del impacto del hombre en el clima global y el deterioro ambiental, cada vez se concentran más esfuerzos en investigaciones científicas y desarrollos tecnológicos para frenar esta situación. Por el camino de la investigación científica podemos establecer y medir el impacto del hombre en el ambiente y la tecnología puede desarrollar herramientas para mitigar los daños y reducir el impacto, pero la pregunta fundamental es ¿Por qué producimos ese impacto negativo?
“Ciclo vicioso”. Gran parte de las sociedades del siglo XXI se soportan cada vez más en complejas redes de comunicaciones, trasporte, industria de alimentos, y muchos dependen de la medicina moderna para sobrevivir, pero paradójicamente este desarrollo que se plantea como fruto de la razón se apoya sobre bases frágiles, pues no parte del entendimiento del medio natural, sino que busca modificarlo para replicar sus paradigmas de civilización. Cuando llega el deterioro ambiental y se advierte la dificultad en el sumisito de energía, agua y alimentos, se recurre a la ciencia y la tecnología con la esperanza casi mística de que encontrarán soluciones. Muchas de estas parten de las mismas lógicas que generaron los problemas, ofreciendo paliativos que amplifican el problema inicial o desencadenan otros de mayor complejidad en una dinámica que configura un “ciclo vicioso”.
Preguntas. ¿Cómo producir materiales con menos consumo de energía, generando menos emisiones?, ¿Cómo obtener energías alternativas a bajo costo? Son preguntas relevantes en la actualidad que buscan solucionar problemas más que indagar sobre el origen de los mismos. El esfuerzo en desarrollar”productos más ecológicos” es una tarea inocua sino reflexionamos sobre nuestro consumo al igual que sirve de poco generar energía más limpia sin antes revisar nuestros hábitos cotidianos. Gran parte de la solución está en formular las preguntas adecuadas.
Respuestas. El encanto de la sociedad occidental con la ciencia y tecnología ha desplazado el interés por las ciencias humanas, la filosofía, las artes plásticas, desaprovechando las reflexiones que parten de estas. Muchas de las respuestas sobre la situación ambiental se encontrarán al preguntarnos ¿Cuál ha sido y como es la relación de las sociedades con la naturaleza?. Muchos de los hábitos y preferencias que identificamos como contaminantes se pueden redireccionar pensando ¿de dónde proviene nuestro sistema de valoración estética? Conceptos como desarrollo y progreso se deben replantear reflexionando sobre la forma como el hombre ve el mundo. En síntesis, el problema ambiental es más un problema espiritual, un asunto de cosmovisión, que mas allá de la competencia de la ciencia o la tecnología se debe asumir como un proyecto cultural.
Carlos Andrés Betancur C.
1 Este ensayo se basa principalmente en planteamientos de Jared Diamond expuestos en su libro “Colapso”. DIAMOND, Jared. Colapso. Random house Mandadori. 2006. 747p. ISBN: 958‐693‐329‐1